El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a endurecer su discurso migratorio este jueves asegurando que va a detener la entrada a EE.UU. de migrantes provenientes de los países del tercer mundo.
"A pesar de los avances tecnológicos, la política de inmigración ha erosionado esos logros y las condiciones de vida de muchas personas. Detendré de forma permanente la migración procedente de todos los países del tercer mundo para permitir que el sistema estadounidense se recupere por completo", escribió el mandatario en un comunicado en la red Truth Social.
"Migración inversa"
Trump también aseguró que tomaría otras medidas como eliminar "todas las admisiones ilegales de Biden" y deportar a quienes "no sean un activo neto para el país", además de retirar los beneficios federales a las personas que no tengan la ciudadanía estadounidense.
Asimismo, planteó la posibilidad de revocar la nacionalidad estadounidense a migrantes que, según él, socaven la normalidad interna. "Deportaré a cualquier extranjero que sea una carga pública, un riesgo de seguridad o incompatible con la civilización occidental", aseveró.
El mandatario asegura que todas estas medidas tienen como propósito reducir lo que él describe como poblaciones "ilegales y disruptivas", incluidas aquellas que, según afirma, ingresaron mediante procesos de aprobación no autorizados e ilegales. Para él, la única forma de corregir totalmente la situación es aplicar lo que denomina "migración inversa", que es el retorno de inmigrantes a sus países de origen.


