El presidente argentino, Javier Milei, anunció que dejará de utilizar insultos en sus intervenciones públicas, una práctica que ha sido marca registrada de su retórica desde su irrupción en la política. "Voy a dejar de usar insultos, a ver si están en condiciones de poder discutir ideas", afirmó el lunes durante un evento organizado por la Fundación Faro, un 'think tank' (laboratorio de ideas) de la ultraderecha liberal oficialista.
El compromiso del mandatario llega días después de que el periódico La Nación publicara un informe que contabilizó 611 insultos en solo 100 días, con un incremento notable de expresiones sexuales denigrantes.
"Voy a dejar de usar insultos a ver si están en condiciones de discutir ideas"Javier Milei dijo que la oposición "cuestiona las formas porque carece de nivel intelectual" y sentenció: "Vamos a enfrentar a la dictadura de las formas". pic.twitter.com/HBXCBb55lS
— Corta (@somoscorta) August 5, 2025
Según ese relevamiento, Milei pronunció más de 4.000 insultos en su primer año de gestión, con una tendencia ascendente y un tono cada vez más vulgar. Solo en los últimos tres meses, promedió 1,62 insultos sexuales por hora, casi el triple que al inicio de su mandato.
Durante su discurso, Milei volvió a cargar contra la izquierda, los derechos sociales y los espacios opositores, a los que llamó "parásitos mentales", pero matizó: "Vamos a enfrentarlos respetándoles sus formas, así de una vez por todas, a ver si muestran tener nivel intelectual para poder darnos la batalla en las ideas".
Según Milei, como sus detractores "no pueden responder en las ideas", cuestionan su tono insultante. "Así que ahora les estamos lanzando un desafío, abanderados de las formas. Ahora vamos a usar las formas que a ustedes les gustan, ¿saben para qué? Para que queden en evidencia que son una cáscara vacía", afirmó.
El presidente hizo estas declaraciones en medio de su campaña para las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, que se realizarán el 7 de septiembre, y en la semana de cierre de alianzas para los comicios nacionales de octubre para la renovación del Congreso. El gesto de moderación, si se cumple, marca un giro discursivo táctico tras meses de críticas internas y externas por el estilo confrontativo del mandatario.